Además de cuidar de los dientes de tu hijo en casa, es importante que hables con otros adultos encargados de su cuidado. Así podrás asegurarte de que los hábitos saludables que estás creando en casa continúen incluso cuando no estés.
¿Por qué es importante?
Asegurarte de que tu hijo se cepille dos veces al día es fundamental, independientemente de si está bajo tu cuidado o no. Cepillarse regularmente reduce el riesgo de caries en los dientes de leche y, así, las probabilidades de que haya que extraerlos. Unos dientes de leche sanos fortalecen la mandíbula, mantienen el espacio para los dientes permanentes, ayudan a masticar, sonreír y hablar, e incrementan las probabilidades de que los dientes permanentes salgan sanos.
Además de hablarles del cepillado, debes explicar a los personas que cuidan de tu hijo qué alimentos y bebidas deben darle. Deben asegurarse de que tu hijo siga una dieta equilibrada que sea baja en azúcares y rica en nutrientes que protejan su salud bucal, incluidos el calcio, el fósforo y la vitamina C. Una dieta equilibrada no solo reducirá la probabilidad de desarrollar caries, sino que además hará que tu esfuerzo por establecer hábitos saludables en casa valga la pena.
¿Cómo puedo ayudar a las personas que cuidan de mi hijo?
La mejor manera de empezar es adoptar un enfoque de tres pasos llamado «Hablar. Compartir. Planificar».
- HablarExplica a los cuidadores de tu hijo por qué quieres que adopte buenos hábitos alimenticios y de cepillado, y elabora un plan.
- CompartirComparte material e información de tu revisión dental y datos útiles que encuentres en Internet. Así te quedarás más tranquilo e incluso harás que se tomen más en serio lo que dices.
- PlanificarPlanifica con antelación asegurándote de entregar al cuidador una pasta dentífrica y un cepillo adicionales para que tu hijo los use, llevándole aperitivos sanos, si puedes, y avisándoles mediante mensajes de texto o llamadas cuando les toque cepillarse.
Después de esa conversación inicial, una de las cosas más fáciles que puedes hacer es comprar una pasta dentífrica y un cepillo adicionales y dárselos al cuidador. Así te evitarás tener que recordarle que se lo lleve antes de una visita y te asegurarás de que la otra persona encargada de su cuidado siempre disponga de las herramientas que necesite para cuidar de su higiene bucal.
Habla con ellos sobre cómo cepillas los dientes de tu hijo, cuánta pasta dentífrica necesita y la frecuencia con la que debería cepillarse. Explícale qué alimentos y bebidas son los mejores para su salud bucal y elabora un plan para limitar la cantidad y frecuencia de consumo de alimentos y bebidas azucarados. A algunas personas puede no resultarles fácil seguir este plan, especialmente si quieren regalar algo dulce a tu hijo. Estas conversaciones pueden resultar realmente complicadas, pero tú deseas lo mejor para tu hijo, y nadie quiere una caries.
Si tu hijo es suficientemente mayor, hazle responsable de ser el «héroe del cepillado» y recuerda a su cuidador que le ayude a cepillarse los dientes. Aunque al principio estas conversaciones podrían resultar algo complicadas, con el tiempo se harán más fáciles y el cuidador de tu hijo será de gran ayuda para mantener sus dientes sanos.